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Docente de Comunicación y Cátedra Vallejo en la Universidad César Vallejo de Trujillo. Especialista de Comunicación en el PRONAFCAP-Indoamérica

martes, 26 de julio de 2011

LECTURAS

La gamuza o rebeco
Uno de los juegos preferidos por las gamuzas jóvenes es muy parecido al descenso en estilo libre en esquí: la gamuza se encarama en lo alto de un helero muy escarpado, se acuclilla, se impulsa con las patas posteriores y se deja deslizar pen diente abajo por espacio de cien o ciento cincuenta metros, hasta el fondo de la pendiente. Las demás gamuzas contemplan la escena y van descendiendo cuando les llega el turno.


Este «espíritu deportivo» ofrece la medida de las excelentes facultades de la gamuza, su amor a la vida comunitaria y la maravillosa organización de sus pequeños grupos. La gamuza es una trepadora extraordinaria, una óptima saltadora, está dotada de olfato, vista y memoria notabilísimos, conoce todos los secretos de la montaña y sabe prever los cambios climáticos.
Las hembras y los individuos jóvenes viven en manadas. Al parecer –si bien algunos especialistas lo niegan–, la hembra jefe es elegida por sus compañeras y depuesta si no se muestra capaz de su misión.
Como quiera, no se puede negar la asombrosa división de las funciones entre los miembros de la manada: mientras la mayoría pasta, algunas gamuzas permanecen en vigilancia; cuando dan la señal de peligro –un silbido y un pateo sobre la roca–, todas las demás huyen ordenadamente, primero la jefe, después las crías, seguidamente las jóvenes de un año y a continuación las demás.
Cuando deben moverse por un terreno desconocido, el grueso de la manada se detiene, mientras algunas exploradoras avanzan en descubierto, tentando el terreno, con precaución para estar seguras de que ningún peligro –por ejemplo, un alud– amenaza a sus congéneres.
Se cuentan casos conmovedores de gamuzas que han acompañado a otra herida hasta una casa, alejándose sólo al tener la seguridad de que los hombres van a atenderla.
Animales de Europa y sus crías. Edit. Fher , S.A.

LECTURA. El pan y los molinos
Pan es una porción de masa de harina y agua que, después de fermentada y cocida en horno, sirve de alimento al hombre. Pero por extensión suele también llamarse «pan» a todos lo que sirve para el sustento diario, y así se dice en la oración dominical: «el pan nuestro de cada día, dánosle hoy».


Antes de que se conociera el pan, el hombre comió los granos de trigo masticándolos; después aprendió a triturarlos entre dos piedras, como se ha observado en las excavaciones hechas en las ruinas de Troya; más tarde se tuvieron piedras oblongas, ligeramente cóncavas, donde se machacaban, como puede verse en las colecciones del Museo Numantino de Soria. En Egipto ya se conocieron de mano, con una piedra fija y otra movida con un manubrio.
En un principio, la harina era gruesa mezclada con cascarilla y otros granos enteros. El pan era mal fermentado y mal cocido, áspero y duro, y como los hombres más que masticarlo lo trituraban, se gastaban los dientes hasta las encías, como se advierte en algunas momias egipcias.
La experiencia mostró muy pronto el valor nutritivo de los granos de trigo, y se extendió su uso. En Egipto se amasaba cada día, y era oficio de las mujeres y por eso había piedras o muelas en cada casa. Lo propio ocurría en otros países de Oriente y en Grecia.
El pan era ácimo. Después se aprendió a ponerle un poco de levadura, es decir, masa atrasada, y así se logró que fermentara, con lo que se hizo menos pesado, más esponjoso y digestible. Los romanos supieron ya fabricar un pan muy aceptable.
Después que se comían los granos triturándolos, hasta que se amasó el pan de flor de los romanos, hubo sin duda muchas maneras de aprovechar la pasta. Más, ¿quién ha sido el inventor del pan?
Los griegos atribuyeron la invención del pan a Triptolomeo o al dios Pan, unos 1400 años antes de Jesucristo. Pero, hablando de la invención del pan, hace esta juiciosa y profunda observación el filósofo español Eduardo Benot: «Sabemos cómo se llamaba Atila, e ignoramos el nombre del inventor del pan».
Invenciones e inventos. Ezequiel Solana

LECTURA. Los esquimales
Casi la totalidad de las fuentes de vida de los esquimales se encuentran en el mar. El suelo, cubierto casi todo el año por la nieve y por los hielos, produce tan escasos vegetales que el esquimal no puede casi ni tan siquiera contar con el favor de estos productos para su subsistencia, tiene que vivir de cara al mar donde encuentra los peces y, sobre todo, la foca, que es el principal elemento de vida para estos hombres.


La foca les proporciona carne para la mesa, piel para su vestido y su calzado, y grasa, que es el único combustible con el que pueden contar de una manera permanente durante el invierno.
También son buenos pescadores de ballenas y cazadores de osos, renos y bueyes almizcleros, aunque la caza de estas dos últimas especies no pertenece ya a la verdadera vida esquimal estricta, pues es ejecutada por los pueblos que viven en el interior y durante las estaciones más calientes, en las que se producen emigraciones hacia el norte de estas especies.
El ingenio con que el esquimal ha ido perfeccionando sus medios de caza y pesca es inaudito entre los pueblos salvajes. La caza de la foca la realizan de dos maneras distintas: en invierno, vigilan los agujeros existentes en el hielo, a los que las focas se asoman para respirar, provocando incluso su salida por medio de ruidos causados al raspar sobre el hielo, y entonces se las arponea; en verano, van al encuentro de las focas y las morsas con sus ligeras embarcaciones, y las arponean con un arpón provisto de cuerda y flotador. En Smith Sound, el cazador se acerca a la foca, que está tranquilamente tomando el sol en primavera, con un trineo encubierto con una especie de vela blanca que impide que el animal se de cuenta de la presencia del cazador. En invierno, en algunas partes de Alaska, la foca se caza con red.
La ballena es cazada utilizando un tipo de embarcación relativamente grande y con la concurrencia de un gran número de personas.
Antes de que el mundo civilizado proveyera de los modernos rifles a los esquimales, éstos solían cazar el reno con lanza en el momento en que los animales atravesaban un río. El buey almizclero y el oso se cazaban con arco, y algunos indígenas lo siguen haciendo todavía hoy por este sistema.
Razas y costumbres. Foster. W. G. Edit Mundilibro S.A.

LECTURA. El tejón
El tejón es completamente diferente de los demás miembros de su numerosa familia (la llamada de los mustélidos), tales como la comadreja, la nutria, la marta y la garduña.
Es muy perezoso. Tanto que, pese a su condición carnívora, no se dedica a la caza: prefiere una alimentación más cómoda, aunque sea a base de vegetales o de animalillos lentos que no le den mucho trabajo.


Únicamente se preocupa de prepararse una madriguera a su gusto: precisamente, tal que reúna las mejores condiciones para su tranquilidad. Debe ser suficientemente subterránea para que nadie le llegue a molestar. El tejón se la excava por sí mismo, con gran tenacidad. Cuando está finalizada, tiene numerosos pasadizos y salidas de seguridad, un respiradero y una cámara central suficientemente amplia para moverse sin estorbos.
Allí pasa el tejón todo el día haraganeando y completamente solo. Únicamente durante la época de celo abandona su aislamiento y elige una compañera.
Pero, apenas han nacido sus hijos, los abandona y vuelve a su vida solitaria. Por cierto, los tejoncillos no se parecen a su padre: son alegres e inquietos, retozones y activos. Sólo cuando va pasando el tiempo, olvidan lo que es correr, se separan del grupo y se encierran a dormir tranquilamente en su madriguera, que siempre está limpísima.
Animales de Europa y sus crías. Edit. Fher S.A.


¿EL ORO AL ALCANCE DE LA QUÍMICA?
La química nació de la alquimia, una actividad cercana a la brujería que se practicó durante siglos y cuyo objetivo era encontrar el modo de convertir unas sustancias en otras, especialmente para poder fabricar oro. Hoy, la física es capaz de transformar unos elementos en otros, aunque el procedimiento es tan caro que nadie se dedica a fabricar oro por estos medios.
Los químicos también han desarrollado sus propios sistemas. Por ejemplo, si introduces una moneda de cobre en una solución de sodio que contenga una tira de cinc metálico se produce una reacción electroquímica que cubre la moneda con cinc, de forma que parece de plata. Y si después calientas la moneda, el cobre se va mezclando con el cinc, de manera que la moneda adquiere un reluciente color dorado. No es oro, claro está, pero lo parece.

TRAMPAS QUE FRENAN A LOS ÁTOMOS
Los átomos se mueven demasiado como para poder estudiarlos de forma individualizada. Se calcula que a temperatura ambiente y sueltos en la atmósfera se desplazan a velocidades próximas a 4.000 km/h. Cuando se enfrían se mueven mas despacio, pero entonces suelen condensarse para formar
líquidos y sólidos. La solución a este problema la aportaron tres físicos, un francés y dos estadounidenses, que desarrollaron un sistema de enfriamiento que reduce la velocidad hasta apenas dos centímetros por segundo sin que se condensen, por el que obtuvieron el Premio Nobel de Física en 1997.
Para ello emplean rayos láser que entran en resonancia con los átomos y los frenan. Después los capturan mediante una trampa magnética donde se enfrían hasta temperaturas muy próximas al cero absoluto. El sistema promete aplicaciones importantes, como relojes atómicos 100 veces más precisos que los actuales y otros instrumentos de investigación.

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