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Docente de Comunicación y Cátedra Vallejo en la Universidad César Vallejo de Trujillo. Especialista de Comunicación en el PRONAFCAP-Indoamérica

jueves, 8 de diciembre de 2011

LA POESÍA ¿POR QUÉ NO?

En diez años de labor educativa con estudiantes de secundaria, institutos, universidad y docentes, me he dado cuenta de algo muy importante: se les ha quitado el acceso a la poesía. Y, aunque a simple vista la poesía “no sirve para nada”, como me lo dijeron en alguna oportunidad a modo de “comentario”,  justamente su valor reside allí: porque no sirve para ningún propósito concreto, es una excelente puerta de acceso al pensamiento creativo en todas las áreas en que se desenvuelva el individuo.
En las instituciones educativas, a los niños pequeños se les permite el acceso a la poesía, pero sólo en ciertas ocasiones –día de la madre, del padre o fiestas de la institución-. Pero, hemos olvidado que la poesía es una forma de expresión artística. Más aún, ésta forma parte –intrínsecamente- del desarrollo del ser humano, desde los arrullos y canciones de cuna, hasta los poemas ilustrados y, que permiten al niño o a la niña un primer contacto integral con el lenguaje, donde se mezclan no solo las primeras estructuras del pensamiento, sino los sentimientos.
Sin embargo, cuando se trata de poesía para niños de diez años en adelante, casi ninguna editorial se atreve a publicarla. Pues arguyen que “no venden lo suficiente”, que “hay pérdidas económicas para la editorial”, que “a los jóvenes no les gusta leer poesía”…en fin, un rosario de excusas. Yo me pregunto: ¿no será al contrario?, si la poesía no vende y no tiene mayor aceptación será porque el mundo adulto ha decidido excluirla del proceso evolutivo de niños y niñas, así como del horizonte de los jóvenes. Veamos porque.
La poesía, al no tener un fin práctico o un objetivo determinado, le permite al individuo acceder a su propia creatividad. ¿Cómo? Por el sencillo hecho de que, cada vez que un ser humano se ve expuesto a la belleza (en cualquiera de susformas: poesía, música, naturaleza y otras expresiones artísticas), logra conectarse con el momento presente, es decir, con su “aquí, ahora”, dejando de lado el pensamiento lógico y despertando el hemisferio derecho del cerebro, donde se ubica el pensamiento creativo.
Entre las prácticas pedagógicas más entretenidas, cuando enseñamos la asignatura de Lenguaje y Comunicación, es  cuando los alumnos confeccionan poemas.
El Haiku,  tiene un ritmo especial, pero sirve para enseñar y explicar a los alumnos. El poema " De nunca acabar", es entretenido y fácil de entender. Solo hay que pensar en una idea, y la última línea de la estrofa, será el comienzo del siguiente, ejemplo:
Brillante es el día  de hoy
el sol luce con fulgor...
Con fulgor luce el sol,
y pone una sublime sonrisa en tu cara...
Pone una sublime sonrisa en tu cara
para mirarte todos los días...
Mirarte todos los días,
atiborra mi corazón…
Lo importante es enlazar una idea con otra. Cada estudiante va construyendo el poema. Hacemos que el estudiante se imagine, piense, sienta, etc.
En algunas culturas, como en la milenaria tradición china, una importante puerta de acceso al presente –y a la mente creadora– ha sido la práctica de la caligrafía. La combinación de este arte, combinada con la poesía (expresada por los caracteres cuidadosamente pintados a mano), ha tenido resultados maravillosos en la Filosofía, en la Matemática, en los descubrimientos científicos y más.
Pero es fundamental que empecemos a motivar la lectura de poesía entre nuestros alumnos y alumnas hoy mismo, sin esperar a que los lectores y creadores de dicho género sigan disminuyendo con el tiempo y con la desvinculación de todo aquello que permite el acceso al enorme poder creativo y generador de ideas que cada ser humano lleva en sí.
El nuevo paradigma en el proceso de enseñanza-aprendizaje tiene que dejarle al estudiante descubrir la belleza y acercarse al lenguaje desde un ángulo no comunicativo y no-utilitario, sino estético. Solo así, nuestros jóvenes le perderán el miedo a la poesía; dejarán de pensar que no sirve para nada (pero esa “inutilidad” es, paradójicamente, la fuente generadora de mentes amplias, capaces de solucionar los problemas sin apego a los viejos modelos, sino con creatividad y mucha inteligencia).
¿Qué tipo de poesía leer? No importa. Habrá quienes prefieran el verso musicalizado y rítmico, la rima exacta, el sonido. Habrá otros que prefieran el verso libre, las imágenes casi “fotográficas” en donde las palabras son capaces de recrear… Eso le tocará descubrir a cada individuo.
Por otro lado, el papel que juega la poesía en el siglo XXI, se encuentra ligado al avance tecnológico y científico. Surgen nuevas corrientes de Poesía, nuevas formas de manifestación, como: la Biopoesía, Metapoesía, la poesía ecologista, la poesía virtual, trasnmodernista entre otros, además de que asistimos a una renovación o por lo menos un reemprendimiento de ciertos vanguardismos y estéticas críticas, como la poesía de la conciencia.
Nuestra tarea, como mediadores del aprendizaje, consiste en abrir el espacio, en no negarle un lugar a la poesía dentro de nuestro trabajo. ¿Por qué no iniciar, por ejemplo, la clase de Ciencias Naturales con algún poema que exalte a la naturaleza? ¿Por qué no comenzar la clase de Matemática con la lectura de un divertido texto que juegue con los números?
Finalmente ¿por qué la poesía? Porque ella nos puede ser muy útil en la enseñanza y el aprendizaje. Más aún si la tecnología y por ende la Internet está al alcance de nuestras manos, podemos encontrar poemas de todo tipo, para toda ocasión, para cualquier necesidad. Basta con googlear. El primer paso lo da usted. Lo doy yo. Sino, el único suicidio sería negarnos el derecho a descubrir todo el potencial creativo que llevamos bien guardado en nuestro ser.